Las directrices sobre la eficiencia energética en las edificaciones de la Unión Europea, unidas al aumento de los precios del petróleo, y una creciente preocupación por el cambio climático, han llevado a las Administraciones, a los técnicos y a los consumidores finales a prestar, cada vez, más atención, a la cantidad de energía perdida en las construcciones.
Por este motivo, el ahorro de energía se ha establecido como una cuestión primordial. La instalación de carpinterías aislantes con vidrios de baja emisividad es una de las claves para ahorrar energía y así reducir las emisiones de gas en Europa.
El PVC es un material ligero, inerte y completamente inocuo, resistente al fuego (no propaga llama) y a la intemperie, impermeable, aislante (térmico, eléctrico y acústico). Es además un material económico (relación precio/ calidad), liviano en su transporte y totalmente reciclable.
Hoy en día, se venden 82 millones de ventanas en Europa cada año: la sustitución del doble de ese número de ventanas ineficientes por las nuevas estructuras de aislamiento en PVC producirá un importante ahorro energético con la consecuente reducción de la emisión de CO2.
Un estudio realizado por el ingeniero Marcus Hermes, mostró que la mejora de la calidad de las ventanas ineficientes podría ahorrar, anualmente, energía suficiente para suministrar calefacción y agua caliente a casi cuatro millones de personas. Después de cinco años de mejora en la calidad de las ventanas, esa estimación podría alcanzar un ahorro anual de 13 mil millones de euros.
Fuente: www.promateriales.com